Llevo más de cinco años acompañando a mujeres y hombres en su transformación personal, ayudándolos a construir relaciones más armoniosas y conscientes a través de la psicología positiva y la disciplina positiva.
Mi proyecto nació durante la pandemia, cuando muchas familias se enfrentaban a desafíos emocionales y de convivencia sin contar con las herramientas necesarias para gestionarlos. Desde entonces, he guiado a padres, madres y cuidadores en su camino de crecimiento, siempre con la convicción de que una familia sana y conectada impacta positivamente en todas las áreas de la vida.
A lo largo de estos años, he ofrecido mentorías personalizadas, workshops y charlas donde comparto estrategias efectivas para mejorar la crianza, fortalecer la relación de pareja y promover el bienestar personal. Gracias a este trabajo, muchas familias han logrado transformar su dinámica, fortalecer su conexión emocional y construir hogares más felices y conscientes.
Hoy, mi enfoque ha evolucionado y mi mensaje llega con más fuerza a las mujeres. Acompaño a madres que desean redescubrirse, sanar emocionalmente y recuperar su identidad sin culpa ni juicios, porque sé que cuando una mujer se siente plena, impacta de manera positiva en su familia y en su entorno.
Siempre supe que mi propósito era ayudar a las personas a transformar sus vidas. Mi formación inicial fue en Administración de Empresas y obtuve un MBA, pero sentía que algo faltaba. Quería generar un impacto más profundo en las personas y en las familias.
Por eso, decidí especializarme en Bienestar Organizacional y Psicología Positiva, y certificarme como Coach en Disciplina Positiva en la familia y el aula, además de convertirme en Encouragement Consultant. Actualmente, sigo ampliando mis estudios en Psicología, porque creo en la importancia del aprendizaje constante para seguir ofreciendo herramientas que realmente transformen vidas.
Sin embargo, la verdadera revolución en mi vida ocurrió con la llegada de mis hijos. Ser mamá de gemelos me llevó a un proceso de crecimiento personal profundo. Aprendí a trabajar en mí misma, a sanar mis heridas y a gestionar mis emociones para ser la madre que mis hijos merecen.
Ese viaje me hizo entender que las madres necesitamos apoyo, herramientas y comunidad para florecer. Así nació mi misión: ayudar a mujeres a priorizarse, a sentirse seguras y a construir una vida en equilibrio, sin dejar de lado su bienestar ni su felicidad.
Mi negocio no es solo una empresa, es mi pasión y mi propósito de vida. Acompaño a mujeres y familias a sanar, fortalecerse y disfrutar de relaciones más amorosas y conscientes. Porque cuando una mujer florece, su familia y su entorno también lo hacen.
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